¿Diseño responsive o no responsive?

Todos conocemos la importancia del diseño adaptado a los dispositivos móviles o diseño “responsive”. Cada vez más gente navega por internet en sus teléfonos móviles y en sus “tablets”, y nuestra obligación como diseñadores es ofrecer la mejor experiencia de usuario sea cual sea el dispositivo que éstos elijan. Esto significa que tenemos que implementar un diseño que se adapte a los diferentes tamaños de pantalla. Pero muchas veces al verse en una estructura diferente, el usuario se siente perdido y conseguimos el efecto contrario, así que lo mejor siempre será dar la opción en nuestra web de “ver como en un navegador de escritorio” y que sea el usuario el que elija.

A pesar de que el objetivo del diseño responsive es ofrecer a los usuarios una experiencia tan familiar como sea posible, el diseño y el aspecto general del sitio móvil siempre va a variar. En muchos casos, nuestros visitantes preferirán este nuevo “look” por su nivel de usabilidad y la sencillez de navegación que puede ofrecer; sin embargo, a otros les resultará frustrante, porque la web que ellos conocían y en la que estaban acostumbrados a navegar ha cambiado, por lo que les costará más trabajo moverse y encontrar los contenidos. Algunos usuarios pueden incluso llegar a desconfiar de que el sitio que están viendo sea el que están buscando, y eso podría espantarlos con la consecuente pérdida de ventas por nuestra parte.

Por eso es tan importante dar al usuario la opción de volver a la vista normal de la web. Con la cantidad de usuarios que adoptan los móviles y las “tablets” como sus dispositivos de navegación por internet principales, se hace cada vez más necesario ofrecer la mejor experiencia de usuario en todas las pantallas, pero ¿cuál es la mejor opción? ¿que el sitio web se muestre siempre igual?¿que se adapte a los dispositivos cambiando por completo su estructura? Está claro que lo mejor que podemos hacer es dejar que sea el usuario el que elija, y así haremos a todos felices.